En 1921 en la famosa torre de Bollingem, Suiza, se gestaba uno de los hitos más importantes de la psicología moderna. En ese año se publicó el tratado de tipos psicológicos el cual solidificó profundas diferencias entre un mentor y su alumno más destacado. Esto significó el desafió abierto y declarado de Carl Jung a Sigmund Freud.
Hace pocos días se publicó un artículo en la revista colombiana semana llamado “Al diablo las redes sociales” en donde se resaltaba la propuesta del Dr. Cal Newport del MIT de Boston para lograr ser más productivos en un época de tanta competencia y distracción, siendo las redes sociales el principal enemigo de lo que él llama trabajo profundo.
Irónicamente al colocar este artículo en mi página de Facebook, se compartió tanto que decidí leer el libro y realizar un par de artículos sobre esta nueva propuesta.
La hipótesis del Dr. Newport en su libro “trabajo profundo” es que para poder competir, destacar y prosperar en la nueva economía hay que realizar productos y servicios que agreguen el máximo valor a la sociedad en el menor tiempo posible a una calidad difícil de replicar.
Carl Jung poco a poco fue distanciándose de su mentor hasta el punto de desafiarlo intelectualmente con nuevas teorías psicológicas. Jung sabía que para sustentar todo lo que proponía debía producir mucha investigación de altísima calidad a una velocidad récord. Para lograr este objetivo debía utilizar lo que hoy en día el Dr. Newport llama trabajo profundo.
La hipótesis del trabajo profundo: La habilidad para realizar trabajo profundo se está convirtiendo en algo escaso y al mismo tiempo sumamente valioso para la economía. Como consecuencia, aquellos pocos que cultiven esta habilidad y la conviertan en un valor clave en su vida laboral, tendrán éxito.
Trabajo profundo | Trabajo superficial |
Actividad realizada en un estado libre de distracción. | Actividad realizada en medio de mucha distracción. |
Alta concentración, requiere el máximo de tus capacidades intelectuales. | Baja concentración, no requiere el mínimo de tus capacidades intelectuales. |
Crea mayor valor. | No crea mayor valor. |
Difícil de replicar o copiar. | Fácil de replicar y copiar. |
Para ser un individuo que aporte valor en cualquier sociedad hay que desarrollar la habilidad de perfeccionar cosas complicadas.
Sea la profesión que tengas nuestra situación se está convirtiendo en la que tenía Jung tratando de vencer a Freud, hay que producir trabajos de alta calidad, estos requieren trabajo profundo.
Las grandes recompensas quedan reservadas no para aquellos que saben navegar en Facebook ( actividad superficial fácilmente replicable), sino para los que se sienten cómodos construyendo cosas innovadoras que agregan valor (actividad profunda difícil de replicar).
El común denominador de todas las personas que han tenido gran éxito en la humanidad es la cantidad de tiempo de calidad que le dedicaron a su actividad principal.
Se cuenta que Bill Gates se quedaba dormido sobre su computadora escribiendo el código de su empresa Microsoft después de jornadas continuas de hasta doce horas. Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Thomas Edison compartían la misma pasión por dedicar grandes cantidades de tiempo y energía a cosas que incluso hoy en día nos benefician.
En Barcelona, España se cuenta la historia de Antoni Gaudí al construir la catedral de la sagrada familia cuando después de largas horas retocando un rincón de la catedral fue increpado por sus compañeros cuando le dijeron; “Antonio, deja eso ya, nadie lo va a observar, además tenemos mucha prisa”
Gaudí se bajó de la escalera lentamente, los miró, y señalando al cielo les dijo; “Mi cliente no tiene prisa” y continuó trabajando.
A medida que las maquinas mejoran, la distancia entre la máquina y las habilidades humanas se cierra, los empleadores están decantándose por contratar nuevas máquinas en vez de “nuevas personas”. Y, lo que solo pueda hacer un ser humano puede ser realizado por otra persona desde cualquier parte del mundo con los famosos asistentes y gerentes virtuales gracias a la tecnología.
Un ejemplo máquinas inteligentes Vs ser humano son los nuevos supermercados sin cajero de pago de AmazonGo. Tú simplemente entras, registras tu celular con un código de barras, compras y sales. Todo queda cargado a tu tarjeta de crédito.
En este caso específico, solo tendrán empleos bien remunerados aquellos que tengan habilidad y conocimiento para trabajar con estas máquinas. Sin embargo, si bien es cierto que muchas personas perderán en esta nueva economía debido a que lo que hacen puede ser automatizado o fácilmente tercerarizado, hay otros que no solo sobrevivirán sino que prosperaran llegando a ser más valiosos y por lo tanto mejor recompensados que antes.
Los tres grupos que tendrán la ventaja para prosperar son:
1) Los que puedan trabajar bien y de forma creativa con máquinas inteligentes.
2) Los que sean los mejores en lo que hacen.
3) Los que tengan acceso a capital para invertir.
De las tres opciones anteriores, las dos al alance de todos nosotros son la primera y la segunda. Para lograr esto debemos desarrollar dos habilidades clave:
- Habilidad para perfeccionar cosas difíciles.
- Habilidad de producir a nivel élite, en términos de calidad y velocidad.
¿Qué hacer para lograr lo anterior? Necesitas enfoque intenso sin distracción, es decir trabajo profundo.
La fórmula que recomienda el autor es:
- Trabajo de alta calidad = tiempo invertido x intensidad de enfoque.
Al maximizar la intensidad durante tu trabajo , maximizas los resultados que produces por unidad de tiempo invertido.
Esto significa que la multiplicación entre el tiempo dedicado a realizar algo y la intensidad de concentración y enfoque dan como resultado un producto o servicio de alta calidad difícil de replicar.
El tipo de trabajo que optimiza tu rendimiento es el trabajo profundo. Si no te sientes cómodo trabajando de forma profunda por largos periodos de tiempo, será difícil llevar tu rendimiento a los más altos niveles de calidad y cantidad necesarios para prosperar profesionalmente. A menos que tu talento y habilidad le ganen a los de tu competencia, los “trabajadores profundos” siempre ganarán.
En conclusión, si queremos aspirar a tener buenos ingresos en nuestras profesiones, si queremos prosperar debemos hacer cuatro cosas:
- Desarrollar el hábito de trabajar de forma profunda (largos periodos de tiempo sin distracción, sobre todo libre de redes sociales)
- Alimentarnos bien ya que el trabajo profundo demanda grandes cantidades de energía.
- Producir nuevos productos o servicios que agreguen mayor valor a la sociedad y que sean difícilmente reemplazables.
- Pertenecer a por lo menos uno de los tres grupos que dominaran la sociedad, siendo los más accesibles el aprender a trabajar con máquinas inteligentes o ser de los mejores en lo que hacemos.
Una de las frases que más recuerdo sobre el pago que hay que hacerle a la vida por tener éxito es la siguiente: «Si eres placentero contigo mismo, la vida será severa. En cambio si eres severo contigo mismo la vida será placentera»
Jamás tuvo tanto sentido esta frase como hoy en día.