“Las conferencias deben ser como las faldas de las mujeres, suficientemente largas para contener algo y suficientemente cortas para despertar el interés”. Carlos Fisas, escritor español
En 1.989 en la ciudad de Utah, Estados Unidos se presentaría uno de los libros más influyentes de los últimos tiempos. Desde su lanzamiento hace más de 25 años ha vendido más de 25 millones de copias. Su autor fue el fallecido Stephen Covey quien muy acertadamente lo tituló los siete hábitos de la gente altamente efectiva. Estos hábitos son:
- La proactividad
- Comenzar con un fin en mente
- Poner primero lo primero
- Pensar en Ganar-Ganar
- Buscar entender primero y ser entendido después
- Sinergizar
- Afilar la sierra
Teniendo en cuenta la enorme influencia que ha ejercido este libro en mi vida, pensé en hacer una versión de los siete hábitos, enfocados a la oratoria y presentaciones persuasivas.
1. Proactividad: Una de las preguntas que más me hacen en los cursos es ¿cómo hago para practicar? La respuesta es que hay muchas oportunidades para encontrar situaciones en donde puedes practicar tus habilidades de presentación. El hábito de la proactividad te impulsa a ofrecerte a dar una presentación en tu trabajo, a realizar una lectura en tu iglesia, a dar unas palabras en un matrimonio o cumpleaños, etc.
2. Comenzar con el público en mente: Imagina que vas a comprar un regalo para un ser querido, es probable que mientras lo estés buscando tengas en tu cabeza la posible reacción de la persona. Lo mismo pasa en las presentaciones, la exposición que vas a realizar es como un regalo que vas a entregar, el “agasajado” es el público. Lo que vas a notar al aplicar este hábito es que tu nivel de motivación a buscar nueva información será directamente proporcional a la cantidad de tiempo que pienses en el público.
3. Poner primero lo primero: Si te preguntara ¿qué es lo más importante en una presentación? Y tú respondieras ¡El público! Tu respuesta estaría correcta. Y, qué tal si le preguntáramos al público, ellos responderían ¡el contenido! Por lo tanto, lo primero en lo que debes pensar es en el tipo de información que les vas a entregar, cómo lo harás, de qué forma lo recibirán y cuál es el mejor método de presentar. Siempre el contenido es lo primero en lo que debes comenzar a pensar si quieres destacar y generar experiencias inolvidables, esto incluye la poderosa herramienta del storytelling.
4. Pensar ganar ganar: Durante toda mi carrera como disertante, creo que todos nos agrupamos en dos categorías, los que dan más de lo que espera la gente y los que dan solo lo que espera la gente. Siempre me impresionaron aquellos expositores que una vez terminado el evento me enviaban no solo el ppt sino material adicional. En cambio hubo otros que solo te remitían a su sitio web y nada más. En una oportunidad le pregunté a un experto y me dijo que todo tenía que ver con tener mentalidad de abundancia o escasez, de manera que tenia que elegir siempre a qué grupo pertenecer. Lo que te puedo decir después de varios años es que entre más información comparto, más información me llega. Este hábito te invita a tener mentalidad de abundancia y no tener miedo en pasar tus presentaciones al público ya que muy seguramente algún otro colega o experto también lo hará contigo.
5. Buscar entender primero y ser entendido después: Para nuestras presentaciones, este hábito lo podríamos redactar de la siguiente forma: Buscar primero escuchar la presentación con los oídos del público para luego poder ser escuchado. Teniendo en cuenta que el miedo es una emoción del futuro, una de las fórmulas para disminuirlo es volver conocido lo desconocido lo cual se logra conociendo varios detalles de los elementos ATA (Audiencia-Tema-Ambiente). El objetivo de este análisis es hacer lo más familiar posible la situación para nuestro cerebro y bajarle el volumen al miedo. Aquí obtendrás información valiosa como la edad de los asistentes, valores, profesión y sobretodo el objetivo que ellos quieren lograr. Con todo esto vas a poder entender la perspectiva de tu público, lo cual derivará en que ellos entendiendan todo lo que estás explicando.
6. Sinergizar: Una de las mejores definiciones de sinergia es la que dice que se trata de la sumatoria de las energías de un grupo de personas. Aquí la clave es generar el ambiente para co-crear la presentación con el público. Existen varias técnicas para lograr esto, por ejemplo, hacer preguntas doble alternativa, preguntas retoricas o disminuir la voz al final de una frase para invitar al público a que la termine. Todo esto hace que se produzca el famoso efecto ikea con el público, es decir valorar más el tiempo que están invierto escuchándote porque ellos son co creadores activos de la presentación.
7. Afilar la sierra: Si quieres una palabra que defina a los mejores oradores del mundo, esa palabra se llama interesante, esto significa comunicar información valiosa. Para lograr esto hay que leer e investigar por muchas horas de forma constante solo de aquello que se supone que debas saber. Con el tiempo verás que la gente siempre va a esperar nuevas cosas de tus presentaciones y te convertirás en una especie de noticiero, el cual sintonizamos periódicamente porque sabemos que escucharemos algo nuevo.
Stephen Covey decía que estos hábitos eran atemporales y universales, es decir nunca pasan de moda y aplican en todas partes del mundo.
Puedo decirte que los siete hábitos de los disertantes altamente efectivos trabajan exactamente igual, siempre tienen el mismo poder y funcionan en cualquier lugar.