Marcos está en su oficina, son las 10:00 de la mañana cuando recibe un mail de su jefe pidiéndole ayuda con una presentación que tiene que dar para una asociación de pymes (pequeñas y medianas empresas).
Marcos se acordó el método de tres pasos para las presentaciones de la facultad; copiar un texto de Wikipedia, pegarlo en la diapositiva y leerlo en clase. Esto estaba descartado para lo que le pedía esta ocasión, quien seguramente pidió su ayuda porque también solo conocía ese método.
¿Qué hacer en estos casos? ¿cómo responder a ese mail en donde alguien que tiene cierto poder de afectar tu destino laboral para bien o para mal te pide auxilio?
Uno de los conceptos más poderosos de los últimos años sobre la psicología del mejoramiento humano es el FLOW, postulado por el Dr. Mihaly csikszentmihalyi de la Universidad de chicago en donde plantea que los seres humanos tenemos una zona en donde somos más productivos, creativos y resilientes denominada flow, la cual es algo intermedio entre el aburrimiento y la ansiedad.
Esto quiere decir que cuando te presentan un desafío mucho menor a las habilidades que tienes, el resultado será aburrimiento.
Sería como que estés en la oficina y te pidan sumar 2+2, y 3+ 3. Tomando como referencia una escala de 1 a 10, en este caso tu habilidad sería 10 pero el desafío sería 1, el resultado es aburrimiento.
También puede pasar que te presenten una actividad, un desafío mucho mayor a las habilidades que tienes para esa tarea. Si te piden dar una presentación de alto impacto, actividad 10, pero solo cuentas con el método de 3 pasos de la facultad, tu habilidad será 2. El resultado es ansiedad.
Por eso Marcos entra en shock, pánico, no sabe qué responderle a su jefe. Decirle no, sería perder una oportunidad de oro de generar influencia sobre él.
En el trabajo, no es bueno creerse indispensable, pero si es bueno hacerse difícilmente remplazable.
La vida tiene una forma extraña de motivarnos hacia el mejoramiento continuo, la forma clásica es encontrar aquello que te apasiona y luego comenzar a pulir tus habilidades porque cada vez quieres ver mejores resultados en aquello que haces.
Con base en el modelo FLOW esto sería aprender todos los días algo nuevo sobre lo que quieres mejorar, es decir aumentar el número de tus habilidades periódicamente. Cuando llegue un desafío alto lo recibirás con gusto y trabajaras en eso largas horas porque el desafío es proporcional a tus habilidades. En otras palabras, entras en flow.
La otra forma es un poco más complicada, es cuando no pules o no mejoras una competencia clave para un ejecutivo, entonces llega el desafío lo cual te llena de mucha ansiedad porque lo que sabes no es suficiente para cumplir con lo que te piden.
Por eso Marcos no tiene otra alternativa que responder lo siguiente:
“Claro que si jefe, yo puedo hacer eso. Voy ahora mismo por tu oficina para conocer más detalles y armar tu presentación”
El paso de aumentar tus habilidades en medio de un desafío grande con un límite de tiempo es un proceso que genera mucho estrés.
Nadie llega al paraíso sin antes pasar por el desierto.
¿Qué debe hacer Marcos ahora que aceptó el reto pero no sabe cómo empezar?
He aquí los pasos para comenzar a diseñar la presentación del jefe:
Paso 1: Preguntar todos los detalles del evento: Debes asegurarte de conocer todo lo que más puedas sobre el ambiente de la presentación, esto incluye:
- Número de personas, cantidad de hombres y mujeres.
- Edad.
- Profesión (en este caso en una asociación de pymes, con lo cual mínimamente ya sabes que son comerciantes-empresarios)
- Objetivo (inspirar, persuadir, informar. Cada objetivo tiene una estructura distinta)
- Tiempo (cuánto el tiempo de presentación, 30, 40, 50 minutos)
- Método de presentación (habrá proyector, podrás usar ayudas visuales)
Cabe resaltar que muy seguramente tu jefe no sabrá mucho de esto, por lo tanto, no se te ocurra bombardearlo con todas estas preguntas. Lo que debes decir es lo siguiente: “jefe, deme por favor el contacto de los organizadores y me encargo de todos los detalles”.
Si haces esto, automáticamente tu jefe sabrá que está en buenas manos.
Paso 2: Comenzar el armado de la presentación en función del objetivo. Es muy probable que el objetivo sea inspirar al auditorio con su historia personal. Aquí es donde entra nuestro viejo aliado el storytelling de negocios. Entonces trata de que las diapositivas tengan disparadores de historias que le faciliten los relatos de su experiencia.
En estos ambientes lo que más esperan escuchar las personas son tres tipos de historias; las del inicio de su negocio, la de superación de obstáculos y las de éxito compartido con el equipo.
Paso 3: Agendar con tu jefe un par de momentos de práctica. Lo que no debes hacer es preguntarle cuando se pueden reunir para mostrarle lo que ya tienes, debes coordinar con su secretaria los momentos y decirle la fecha en que estarás en su oficina. En otras palabras aquí momentáneamente te conviertes en su coach, en su jefe.
Más o menos debes generar un par de momentos informales, en el pasillo, por ejemplo, en donde le des un adelanto de tu progreso y luego un momento formal en donde le muestras la presentación terminada y lista para usar.
Paso 4: Ofrécete a acompañarlo el día del evento. Aquí lo clave es que llegues una hora antes que él, hablar con los organizadores, probar los equipos y asegurarte de que tu jefe solo llegue a “cantar la canción”. También debes consultar sobre la forma en que lo van a presentar y validarlo con él. Todo esto le va a dar mucha seguridad de encontrarse con un ambiente favorable y predecible.
Después de una ovación de más de 30 segundos, el jefe de Marcos se bajó del podio y se fue directamente hacia él, lo tomó con ambos brazos, lo miró y le dijo; “Gracias Marcos, sabía que podía contar contigo, eres un capo”
Al final, Marcos no solo quedó en un nuevo nivel de influencia con su jefe, también quedó con una nueva experiencia y nuevas habilidades. Lo que lo coloca en las grandes ligas de las presentaciones ejecutivas.
¡Y toda esta historia terminó bien porque Marcos dijo sí! A un desafío para el que no estaba del todo preparado pero si con algún conocimiento básico.
Para tener éxito en la vida, muchas veces hay que manejarnos como la muy conocida canción de Frank Sinatra:
..Mordí más de lo que podía masticar, y lo hice a mi manera.